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miércoles, 23 de noviembre de 2011

EL LOCO BIELSA

Las historias de locuras del estratega argentino Marcelo Bielsa no  son nuevas.

En un partido de la Copa Libertadores (1992), cuando  dirigía a Newells Old Boys de Rosario, sufrió un catastrófico 6-0 ante San  Lorenzo.

 Los simpatizantes, indignados, responsabilizaron al director técnico, que en ese entonces tenía 37 años.
Una veintena de esos hinchas, los más enfurecidos integrantes de la barra brava del club, decidió pedirle explicaciones, en persona.

El airado grupo fue a la casa del entrenador y llamó insistentemente a la  puerta sin conseguir, al principio, que Bielsa los atendiera. Pero  inesperadamente, el dueño de casa salió y los encaró con el estilo  reconcentrado que años después se convirtió en una marca registrada: “Si no se  van ahora mismo, saco la espoleta y se las tiro”, dijo exhibiendo una granada.

Más estupefactos que después del sexto gol de San Lorenzo, los hinchas se quedaron paralizados primero y comenzaron a retroceder, después. Bielsa,  amenazante, avanzó lentamente al principio y terminó corriéndolos varias  cuadras, siempre empuñando la granada. Uno de los perseguidos que relató la  anécdota a la prensa rosarina decía: “Podíamos esperar que saliera con una  escopeta, pero nunca con una granada”.

lunes, 21 de noviembre de 2011

EL JUGADOR

Corre, jadeando, por la orilla. A un lado lo esperan los cielos de la gloria; al otro, los abismos de la ruina. El barrio lo envidia: el jugador profesional se ha salvado de la fábrica o de la oficina, le pagan por divertirse, se sacó la lotería. Y aunque tenga que sudar como una regadera, sin derecho a cansarse ni a equivocarse, él sale en los diarios y en la tele, las radios dicen su nombre, las mujeres suspiran por él y los niños quieren imitarlo. Pero él, que había empezado jugando por el placer de jugar, en las calles de tierra de los suburbios, ahora juega en los estadios por el deber de trabajar y tiene la obligación de ganar o ganar. Los empresarios lo compran, lo venden, lo prestan; y él se deja llevar a cambio de la promesa de más fama y más dinero. Cuanto más éxito tiene, y más dinero gana, más preso está.
Sometido a disciplina militar, sufre cada día el castigo de los entrenamientos feroces y se somete a los bombardeos de analgésicos y las infiltraciones de cortisona que olvidan el dolor y mienten la salud.
Y en las vísperas de los partidos importantes, lo encierran en un campo de concentración donde cumple trabajos forzados, come comidas bobas, se emborracha con agua y duerme solo. En los otros oficios humanos, el ocaso llega con la vejez, pero el jugador de fútbol puede ser viejo a los treinta
años. Los músculos se cansan temprano:
-Éste no hace un gol ni con la cancha en bajada.
-¿Éste? Ni aunque le aten las manos al arquero.
O antes de los treinta, si un pelotazo lo desmaya de mala manera, o la mala suerte le revienta un músculo, o una patada le rompe un hueso de esos que no tienen arreglo. Y algún mal día el jugador descubre que se ha jugado la vida a una sola baraja y que el dinero se ha volado y la fama también. La fama, señora fugaz, no le ha dejado ni una cartita de consuelo.

Cuento del libro “El fútbol a sol y sombra” – Eduardo Galeano

viernes, 18 de noviembre de 2011

"EL PELUSA"

 D10s existe

Jugó, venció, meó, perdió. El análisis delató efedrina y Maradona acabó de mala manera su Mundial del 94. La efedrina, que no se considera droga estimulante en el deporte profesional de los Estados Unidos y de muchos otros países, está prohibida en las competencias internacionales. hubo estupor y escándalo. Los truenos de la condenación moral dejaron sordo al mundo entero, pero mal que bien se hicieron oír algunas voces de apoyo al ídolo caído. Y no sólo en su dolorida y atónita Argentina, sino
en lugares tan lejanos como Bangladesh, donde una manifestación numerosa rugió en las calles repudiando a la FIFA y exigiendo el retorno del expulsado. Al fin y al cabo, juzgarlo era fácil, y era fácil condenarlo, pero no resultaba tan fácil olvidar que Maradona venía cometiendo desde hacía años el pecado dc ser el mejor, el delito de denunciar a viva voz las cosas que el poder manda callar y cl crimen de jugar con la zurda, lo cual, según el Pequeño Larousse Ilustrado, significa «con la izquierda» y también significa «al contrario de como se debe hacer». Diego Armando Maradona nunca había usado estimulantes, en vísperas dc los partidos, para multiplicarse el cuerpo. Es verdad que había estado metido en la cocaína, pero se dopaba en las fiestas tristes, para olvidar o ser olvidado, cuando ya estaba acorralado por la gloria y no podía vivir sin la fama que no lo dejaba vivir. Jugaba mejor que nadie a pesar de la cocaína, y no por ella. Él estaba agobiado por el peso de su propio personaje. Tenía problemas en la columna vertebral, desde el lejano día en que la multitud había gritado su nombre por primera vez. Maradona llevaba una carga llamada Maradona, que le hacía crujir la espalda. El cuerpo como metáfora: le dolían las piernas, no podía dormir sin pastillas. No había demorado en darse cuenta de que era insoportable la responsabilidad de trabajar de dios en los estadios, pero desde el principio supo que era imposible dejar de hacerlo. «Necesito que me necesiten», confesó, cuando ya llevaba muchos años con el halo sobre la cabeza, sometido a la tiranía del rendimiento sobrehumano, empachado de cortisona y analgésicos y ovaciones, acosado por las exigencias de sus devotos y por el odio de sus ofendidos. El placer de derribar ídolos es directamente proporcional a la necesidad de tenerlos. En España, cuando Goicoechea le pegó de atrás y sin la pelota y lo dejó fuera de las canchas por varios meses, no faltaron fanáticos que llevaron en andas al culpable de este homicidio premeditado, y en todo el mundo sobraron gentes dispuestas a celebrar la caída del arrogante sudaca intruso en las cumbres, el nuevo rico ése que se había fugado del hambre y se daba el lujo de la insolencia y la fanfarronería.
Después, en Nápoles, Maradona fue santa Maradonna y san Gennaro se convirtió en san Gennarmando. En las calles se vendían imágenes de la divinidad de pantalón corto, iluminada por la corona de la Virgen o envuelta en el manto sagrado del santo que sangra cada seis meses, y también se vendían ataúdes de los clubes del norte de Italia y botellitas con lágrimas de Silvio Berlusconi. Los niños y los perros lucían pelucas de Maradona. Había una pelota bajo el pie de la estatua del Dante y el tritón de la fuente vestía la camiseta azul del club Nápoles. Hacía más de medio siglo que el equipo de la ciudad no ganaba un campeonato, ciudad condenada las furias del Vesubio y a la derrota eterna en los campos de fútbol, y gracias a Maradona el sur oscuro había logrado, por fin, humillar al norte blanco que lo despreciaba. Copa tras copa, en los estadios italianos y europeos, el club Nápoles vencía, y cada gol era una profanación del orden establecido y una revancha contra la historia. En Milán odiaban al culpable de esta afrenta de los pobres salidos de su lugar, lo llamaban jamón con
rulos. Y no sólo en Milán: en el Mundial del 90, la mayoría del público castigaba a Maradona con furiosas silbatinas cada vez que tocaba la pelota, y la derrota argentina ante Alemania fue celebrada como una victoria italiana.Cuando Maradona dijo que quería irse de Nápoles, hubo quienes le echaron por la ventana muñecos de cera atravesados de alfileres. Prisionero de la ciudad que lo adoraba y de la camorra, la mafia dueña de la ciudad, él ya estaba jugando a contracorazón, a contrapié; y entonces,
estalló el escándalo de la cocaína. Maradona se convirtió súbitamente en Maracoca, un delincuente que se había hecho pasar por héroe.

Más tarde, en Buenos Aires, la televisión trasmitió el segundo ajuste de cuentas: detención en vivo y en directo, como si fuera un partido, para deleite de quienes disfrutaron el espectáculo del rey desnudo que la policía se llevaba preso. «Es un enfermo», dijeron. Dijeron: «Está acabado». El mesías convocado para redimir la maldición histórica de los italianos del sur había sido, también, el vengador
de la derrota argentina en la guerra de las Malvinas, mediante un gol tramposo y otro gol fabuloso, que dejó a los ingleses girando como trompos durante algunos años; pero a la hora de la caída, el Pibe de Oro no fue más que un farsante pichicatero y putañero. Maradona había traicionado a los niños y había deshonrado al deporte. Lo dieron por muerto. Pero el cadáver se levantó de un brinco. Cumplida la
penitencia de la cocaína, Maradona fue el bombero de la selección argentina, que estaba quemando sus últimas posibilidades de llegar al Mundial 94. Gracias a Maradona, llegó. Y en el Mundial, Maradona estaba siendo otra vez, como en los viejos tiempos, el mejor de todos, cuando estalló el escándalo de la efedrina. La máquina del poder se la tenía jurada. Él le cantaba las cuarenta, eso tiene su precio, cl precio se cobra al contado y sin descuentos. Y el propio Maradona regaló la justificación, por su tendencia suicida a servirse en bandeja en boca de sus muchos enemigos y esa irresponsabilidad
infantil que lo empuja a precipitarse en cuanta trampa se abre en su camino. Los mismos periodistas que lo acosan con los micrófonos, le reprochan su arrogancia y sus rabietas, y lo acusan de hablar demasiado. No les falta razón; pero no es eso lo que no pueden perdonarle: en realidad, no les gusta lo que a veces dice. Este petiso respondón y calentón tiene la costumbre de lanzar golpes hacia arriba. En
el 86 y en el 94, en México y en Estados Unidos, denunció a la omnipotente dictadura de la televisión, que estaba obligando a los jugadores a deslomarse al mediodía, achicharrándose al sol, y en mil y una ocasiones más, todo a lo largo de su accidentada carrera, Maradona ha dicho cosas que han sacudido el avispero. Él no ha sido el único jugador desobediente, pero ha sido su voz la que ha dado resonancia universal a las preguntas más insoportables: ¿Por qué no rigen en el fútbol las normas universales del derecho laboral? Si es normal que cualquier artista conozca las utilidades del show que ofrece, ¿por qué los jugadores no pueden conocer las cuentas secretas de la opulenta multinacional del fútbol? Havelange calla, ocupado en otros menesteres, y Joseph Blatter, burócrata de la FIFA que jamás ha pateado una pelota pero anda en limusinas de ocho metros y con chófer negro, se limita a comentar: El último astro argentino fue Di Stéfano. Cuando Maradona fue, por fin, expulsado del Mundial del 94, las canchas de fútbol perdieron a su rebelde más clamoroso. Y también perdieron a un jugador fant
ástico. Maradona es incontrolable cuando habla, pero mucho más cuando juega: no hay quien pueda prever las diabluras de este inventor de sorpresas, que jamás se repite y que disfruta desconcertando a las computadoras. No es un jugador veloz, torito corto de piernas, pero lleva la pelota cosida al pie y tiene ojos en todo el cuerpo. Sus artes malabares encienden la cancha. El puede resolver un partido disparando un tiro fulminante de espaldas al arco o sirviendo un pase imposible, a lo lejos, cuando está cercado por miles de piernas enemigas; y no hay quien lo pare cuando se lanza a gambetear
rivales. En el frígido fútbol de fin de siglo, que exige ganar y prohibe gozar, este hombre es uno de los pocos que demuestra que la fantasía puede también ser eficaz.


Cuento del libro “El fútbol a sol y sombra” – Eduardo Galeano

jueves, 17 de noviembre de 2011

El Manchester sobrevivió a su propia catástrofe

En la catástrofe aérea de Múnich, el equipo del United quedó destrozado. Murieron jugadores importantes como Byrne, Pegg, Taylor, Colman, Whelan y estuvo 15 días debatiéndose entre la vida y la muerte Duncan Edwards, que a sus 21 años era la figura del equipo y la gran esperanza del fútbol inglés. Su muerte conmocionó a Inglaterra y hubieron de ocultársela a su entrenador, Matt Busby, que la conocería semanas más tarde.

Aquel equipo tuvo que recomponerse y seguir jugando el campeonato y hasta llegó a disputar aquel año la final de Copa perdiéndola 2-0 con el Bolton.Dicen que el fútbol siempre paga sus deudas. Tres de los supervivientes, Charlton, Foulkes y Gregg, con Matt Busby en el banquillo como entrenador, lograrían diez años después de la catastrofe de Múnich en 1968 ganar la Copa de Europa imponiéndose al Benfica en una final inolvidable para la ciudad de Manchester y para los hinchas del United.
Si alguna vez viajan de turismo a Inglaterra y tienen pensado visitar la ciudad de Manchester no olviden que en el propio estadio de Old Trafford, uno de los grandes templos del fútbol inglés, hay un museo futbolístico de primera dimensión y una sala dedicada a una tragedia que engrandeció la historia de uno de los equipos más importantes del mundo y que sabe rendir culto a aquellos que lo engrandecieron.
Con 21 años en una pista helada dejó su vida la gran figura del fútbol inglés, Duncan Edwards. Dicen que en la iglesia de su ciudad hay una vidriera que le recuerda vestido con la camiseta del United.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Historia de los Mundiales II

La expulsion de Rattin-La participación de José Batista en México '86 fue vista y no vista. El jugador uruguayo fue expulsado del partido que disputaba su selección ante Escocia a los 55 segundos de juego. Por supuesto, Batista tiene el récord de la expulsión más rápida.

-Una intensa lluvia fue la protagonista del partido que enfrentó a Brasil y Polonia en Francia '38. El terreno de juego se encharcó, y el brasileño Leónidas decidió quitarse las botas porque le pesaban demasiado a causa del barro. Pero el árbitro no le permitió jugar descalzo y le obligó a ponérselas de nuevo. Poco después, el delantero brasileño perdió una bota en plena jugada y llegó a meter un gol.

-27 segundos de juego bastaron para que el inglés Bryan Robson anotara el primer gol en el partido que enfrentaba a su país contra Francia. Fue en España '82, y aquel gol pasó a la historia como el más rápido en una Copa del Mundo.

-En Inglaterra '66, durante el partido entre Argentina y el equipo anfitrión, el árbitro expulsó a Antonio Rattín en una decisión que los jugadores argentinos consideraron injusta. A modo de protesta, Rattín arrancó y retorció uno de los banderines de corner, y luego se sentó a ver el resto del partido sobre la alfombra real británica.

-Uruguay '30, partido entre Francia y Argentina. Cuatro minutos antes del tiempo reglamentario, el árbitro Almeido Rego pita el final del encuentro cuando Argentina gana por 1 a 0. Los equipos abandonan el terreno de juego, pero el público no está de acuerdo con la decisión del árbitro e invade el campo para protestar. Tras la intervención de la policía para echar a los aficionados, Rego reconsidera su decisión y hacer llamar a los jugadores, que ya están en los vestuarios, para reanudar el juego. El partido termina con el mismo resultado.

-En Argentina '78, durante el partido que enfrentaba a Brasil y Túnez, el árbitro señaló una falta a favor de los brasileños cerca del área tunecina. Cuando ya todos los jugadores estaban preparados y el árbitro pitó para reanudar el juego, un defensa abandonó corriendo la barrera tunecina y chutó el balón antes de que ningún jugador brasileño pudiera reaccionar. El árbitro amonestó al tunecino, pero éste no llegó a entender por qué le castigaban.

-Un pastor protestante de una pequeña localidad británica ha decidido proyectar los partidos del Mundial 2002 para sus parroquianos. De esta manera pretende atraer a los feligreses a su iglesia, al menos los domingos, que es cuando se emitirán los encuentros. Lo que no podrán hacer los aficionados es tomarse la típica pinta de cerveza mientras ven los partidos...

martes, 15 de noviembre de 2011

EL REY ESCORPIÓN

Lo primero que hay que decir es que el Escorpión nació por casualidad, pues lo que yo quería hacer era otra cosa: agarrar el balón con las piernas y no pegarle con los tacos. Me explico: simplemente a mí me tiraban la pelota, yo me estiraba para adelante, como volando, y la apretaba entre la parte trasera del muslo y el huevito que está detrás de la espinilla.La verdad es que yo vi de reojo que el juez de línea tenía la bandera levantada por un fuera de lugar, lo que hacía el momento aun más perfecto: si el balón pasaba, capaz que dejaba la banderola arriba y anulaba el gol. Pero el hombre quedó loco cuando hice la jugada y bajó la bandera. En ese momento escuché un murmullo en las tribunas que nunca había oído y no volví a oír. Después empezaron las ovaciones. Creo que ha sido la jugada más premiada y celebrada de la historia del fútbol. El árbitro pitó el final del primer tiempo, llegamos al camerino y, ¡sorpresa!, el técnico ‘Bolillo’ Gómez no me regañó. En cambio dijo: “Si eso lo hubiera hecho un argentino, lo habríamos aplaudido; entonces démosle un aplauso a René”. Y todos me aplaudieron y me felicitaron. Pero en ese camerino nadie entendía la dimensión de lo acababa de pasar hasta que salimos para el hotel y la gente en la calle hablaba del Escorpión. Después prendimos la televisión y los periodistas comentaban la jugada. Y en el aeropuerto solo se escuchaba a la gente que repetía “el Escorpión, el Escorpión, el Escorpión…”. Era una locura 
 

lunes, 14 de noviembre de 2011

EQUIPOS HISTÓRICOS: EL MILAN INMORTAL DE Arrigo Sacchi

El fútbol italiano ha sido y es, tradicionalmente, considerado uno de los más defensivos y poco estéticos que se pudieron ver a lo largo de la historia. La idiosincrasia de juego de su liga y de su selección nacional fue muchas veces cuestionada por algunos de los promotores del fútbol ofensivo y vistoso ya desde los primeros años del siglo pasado. Sin embargo, a finales de la década de 1980 el entrenador Arrigo Sacchi llegó al Milan para romper los esquemas tradicionales del Calcio y formar un equipo Inmortal.
Antes de estos tiempos dorados, el elenco Diavolo atravesó una de sus peores épocas. Los casos de corrupción adjudicados y dos descensos a la Serie B de Italia, la segunda categoría de ese país, mancharon la gloriosa historia del Milan. No obstante, la llegada de Silvio Berlusconi a la presidencia en lugar de Giuseppe Farina significó la inyección económica que una de las escuadras más poderosas del mundo necesitaba para poder resurgir de las cenizas. Con él llegó la reestructuración del plantel profesional (arribaron Roberto Donadoni, Daniele Massaro, Giuseppe Galderisi y Giovanni Galli, entre otros) y el regreso a las competiciones internacionales.
Eventualmente, el conjunto milanés comenzó su etapa más recordada y fructífera. Mantener la posesión de la pelota y llevar en todo momento la iniciativa de ataque eran las premisas de este poderoso conjunto, que contaba con tres holandeses que llevaban el legado del Fútbol Total de Johan Cruyff: Frank Rijkaard, que se movía hábilmente como primer marcador central, y Marco Van Basten y Ruud Gullit, garantía en el ataque de ese Milan que consiguió conquistar Europa en 1989 y 1990.
Van Basten era el matador del área que el Milan precisaba. Sus movimientos eran quizás lentos pero su agilidad mental y su potencia y frialdad en el momento de la definición. Por lo general se acercaba al área contraria por el centro del campo, pero su talento le permitía adentrarse por las bandas. En tanto, el Tulipán Negro empleaba al máximo su velocidad para desbordar las bandas y su cabeceo en las pelotas paradas, siendo casi imposible de detener para los adversarios.
Pero el cuadro de Arrigo Sacchi no dependía exclusivamente del tridente neerlandés. Franco Baresi era la voz del director técnico dentro del campo de juego, el líder, debido a que siempre indicaba a sus compañeros las jugadas necesarias y más convenientes durante el desarrollo de los partidos. Defensor elegante a la hora de distribuir y certero en la recuperación, con toda su experiencia y jerarquía fue capaz de comandar al Milan a lo más alto. Sin embargo, no se llevó todas las luces porque también era acompañado por el joven Paolo Maldini, quien ya estaba asentado como titular y era sinónimo de proyección, disciplina, potencia y seguridad por el extremo derecho.
A partir de estos dos hombres, el Milan implementaba una presión extrema en cada zona de la cancha con el fin de que ninguno de sus jugadores estuviera demasiado alejado de la pelota. De esta manera, el conjunto Rossonero siempre amenazaba con recuperar la tenencia y una vez que lo hacía (casi siempre) llevaba ataque sus ofensivas mortíferas.

Pero al igual que todo engranaje perfecto, el Milan de Sacchi no dependía únicamente de las figuras mencionadas anteriormente. Donadoni, Carlo Ancelotti, Alberigo Evani fueron los responsables de la recuperación total en el mediocampo, cortando de raíz los avances adversarios. A su vez, Angelo Colombo se posicionaba delante de la zaga central para colaborar con Baresi y Rijkaard, retrasándose y también presionando hacia adelante. Además, en el carril opuesto al de Maldini Mauro Tassotti era el encargado de desnivelar para acompañar en la creación de fútbol a Donadoni y a Gullit ocasionalmente.
Un Scudetto de Primera División, dos Copas de Campeones de Europa, la misma cantidad de Intercontinentales y de Supercopas de Europa y una Supercopa de Italia fueron los laudos de Arrigo Sacchi en su estadía en Milan. Los trofeos quedaron en las vitrinas pero la espectacularidad del fútbol demostrado por ese equipo seguramente quedó grabado en la mente de los tifosi.

domingo, 13 de noviembre de 2011

CAMISETAS PARA LA HISTORIA DE LA FIORENTINA

FIORENTINA 91-92

Era la temporada 91-92 del calcio. Con 25 chicharros de Marco Van Basten como principal argumento, al Milan de Fabio Capello le daba por embolsarse el que iba a ser el primero de cuatro scudettos consecutivos, a Zdeněk Zeman por maravillar al país entero convirtiendo al modesto Foggia en una máquina de jugar (58 goles a favor con Baiano y Signori incontestables) y de palmar (58 en contra) y a la Fiorentina por pasearse de norte a sur con éste engendro trufado de rayas y despropósitos que están viendo sobre el párrafo. En el club viola dieron carpetazo a la temporada sentados en un despampanante décimosegundo puesto. Si aquello no era un castigo divino de San Giovanni, patrón eterno de la capital toscana, por la camisetucha de recambio lo parecía…

Quizá la tela, patrocinada por una conocida marca de productos para niños, tuvo algún efecto infantilizante en el juego del once florentino porque de otro modo no se puede explicar tan discreto desempeño. Sobre todo en un conjunto que contaba con efectivos de la categoría de Dunga o un Gabriel Batistuta recién aterrizado para hacer historia en el club. Claro que al año siguiente llegaron Stefan Effemberg, Brian Laudrup y el gambetita Latorre y la cosa no mejoró ni un ápice. Ni aliñando las hombreras suplentes con el icono fundamental de la ideología que tanto ha gustado siempre en Italia oiga.
Aunque en cierto modo la existencia de esta anomalía (sin duda el festival de hojas moradas es un homenaje Lotto al manto caducifolio que cubre la baldosa florentina durante el otoño) es plenamente justificable (si tu carnet de identidad te acredita como ciudadano italiano). Porque por mucho que nos vendan que en la nación principio y final de la moda mundial hasta el más terrone es sensible por tradición, que incluso el que vive masticando tierra en un campo de la Italia meridional es acreedor de un profundo sentimiento artístico, después Lotto, Diadora  y compañía tejen lo que tejen. Esto es, extravagancias non sense ideales para cortejar bestialmente hasta en el último rincón del litoral español, camisetas como la de la Fiore 91.

sábado, 12 de noviembre de 2011

EL ESTADIO


Ha entrado usted, alguna vez, a un estadio vacío? Haga la prueba. Párese en medio de la cancha y escuche. No hay nada menos vacío que un estadio vacío. No hay nada menos mudo que las gradas sin nadie. En Wembley suena todavía el griterío del Mundial del 66, que ganó Inglaterra, pero aguzando el oído puede usted escuchar gemidos que vienen del 53, cuando los húngaros golearon a la selección inglesa. El Estadio Centenario, de Montevideo, suspira de nostalgia por las glorias del fútbol uruguayo.
Maracaná sigue llorando la derrota brasileña en el Mundial del 50. En la Bombonera de Buenos Aires,
trepidan tambores de hace medio siglo. Desde las profundidades del estadio Azteca, resuenan los ecos de los cánticos ceremoniales del antiguo juego mexicano de
pelota. Habla en catalán el cemento del Camp Nou, en Barcelona, y en euskera conversan las gradas de San Mamés, en Bilbao. En Milán, el fantasma de Giuseppe Meazza mete goles que hacen vibrar al estadio que lleva su nombre. La final del Mundial del 74, que ganó Alemania, se juega día tras día y noche tras noche en el Estadio Olímpico de Munich. El estadio del rey Fahd, en Arabia Saudita, tiene palco de mármol y oro y tribunas alfombradas, pero no tiene memoria ni gran cosa que decir.


Cuento del libro “El fútbol a sol y sombra” – Eduardo Galeano

viernes, 11 de noviembre de 2011

Historia de los Mundiales

En esta sección, nos toca hablar hoy de algunas anécdotas curiosas de la actual campeona del mundo en los mundiales. España.

Sabias que...

España no participó en el Mundial de Suiza en 1954 por una pura cuestión de azar. Tras enfrentarse a Turquía en tres partidos (uno de ellos supuestamente para desempatar) durante las eliminatorias, ambos equipos quedaron igualados en puntos. Así que se decidió echar a suertes quién acudiría a la Copa del Mundo. Turquía ganó el sorteo.

y que...

El jeque Fahid Al Ahmad Al SabahEn España '82, Kuwait se enfrentó a Francia en un partido lleno de sorpresas. Y no precisamente por la actuación de los futbolistas... El encuentro tuvo que ser interrumpido por culpa del jeque Fahid Al Ahmad Al Sabah, que entró en el terreno de juego exigiendo que se anulara un gol del equipo francés. Lo bueno es que consiguió su propósito.

GRAN DANES

Peter Schmeichel
Un tipo que marcó una época en uno de los clubes más importantes del mundo:

 
¿Quién era?: El archifamoso portero de uno de los mejores Manchester United de la historia y de una de las mejores Dinamarcas.
¿Por qué se le recuerda?: En mayo de 1999, en Barcelona, en aquella ya legendaria final de Champions entre los Diablos Rojos y el Bayern Munich, en la que Schmeichel subió a rematar un córner y su presencia le valió el empate a los ingleses.
¿Qué fue de él?: Se retiró en 2003, en las filas del eterno enemigo del United, el no menos histórico Manchester City. Tras ello, ha participado como comentarista televisivo en la BBC británica y ahora retransmite los partidos de Champions en la TV3+ de su país. También es miembro de un grupo inversor que el año pasado compró el mejor equipo de Dinamarca, el Brondby.
¿Sabías qué…?: El apellido Schmeichel sigue dando que hablar. El hijo de Peter, Kasper, de 23 años, es portero en el Leeds United y ya es internacional sub 21 con Dinamarca. El parecido con su padre es asombroso, no sólo físicamente, sino también en sus maneras en la portería. Es tan bueno que se rumoreaba en Inglaterra que iba a ser nacionalizado inglés para cubrir la maltrecha portería de los tres leones. Incluso en su día se le vinculó al Barça para sustituir al lesionado Jorquera.
- En la serie de televisión más famosa del Reino Unido, Coronation Street, salía un perro de raza gran danés llamado Schmeichel.
- En 2006 participó en la versión británica de Mira Quién Baila. Fue eliminado en la séptima semana de concurso.
- También participó en la versión inglesa del concurso El rival más débil y fue presentador de la versión danesa de 1 contra 100 (hacía de Carlos Sobera, vamos).
- Fue elegido mejor portero del mundo en 1992 (el año en el que ganó la Eurocopa con su país) y en 1993.
- En 1997 fue acusado por el delantero del Arsenal Ian Wright de insultarle con comentarios racistas. La Federación inglesa lo investigó pero nunca fue probado.
- La final de Champions del 99 fue su último partido con el United.
- Habiendo jugado el derby de Manchester con los dos equipos de la ciudad, nunca ha perdido ninguno de ellos.
- Tiene el record de la Premier League de porcentaje de partidos jugados sin encajar ni un gol: Un 42%.
- Una encuesta de la agencia Reuters lo nombró en 2001 como el mejor portero de la historia, por delante del soviético Lev Yashin y del inglés Gordon Banks.

Biografía, palmarés, estadísticas: Peter Boleslaw Schmeichel nació en Gladsaxe, Dinamarca, el 18 de noviembre de 1963. Empezó a jugar en el equipo de su ciudad. En el 84 fichó por el Hvidovre danés, para fichar luego por el Brondby en 1987. En 1991 firmó por el Manchester United, donde permaneció ocho años, hasta 1999. Pasó dos temporadas en el Sporting de Lisboa, pero para favorecer la carrera futbolística de su hijo Kasper volvió al Reino Unido y fichó por el Aston Villa, donde jugó un año. Su última temporada fue la 2002/2003 en el Manchester City. Con la selección jugó 129 partidos, lo que le convierte en el danés que más veces a representado a su selección. Su palmarés es de primera: Una Eurocopa con Dinamarca; una Champions con el Manchester United; cinco veces campeón de la Premier; tres veces campeón de la FA Cup; cuatro ediciones de la Community Shield (supercopa inglesa); una Carling Cup; una Supercopa Europa y
una Liga portuguesa.

jueves, 10 de noviembre de 2011

CAMISETAS PARA LA HISTORIA DEL ATHLETIC

Athletic Club de Bilbao 'Ketchup' (2004)


En esta sección de camisetas no podía faltar este hito en la historia del diseño futbolístico. Pocas veces ha habido tanta unanimidad para elegir a la camiseta protagonista de hoy como una de las más feas (o quizá menos apropiadas) de la historia. Viajamos al gran Bilbao para hablar de la ya legendaria camiseta ’ketchup’.
Juan Elorduy, jugador del Athletic Club bilbaíno, estaba en Inglaterra en 1911 y tenía el encargo de comprar 50 camisetas del Blackburn Rovers (azules y blancas, en dos mitades), de las que 25 irían para el equipo bilbaíno y las otras 25 para su sucursal en Madrid. No las encontró en la ciudad de Lancashire y poco antes de embarcar para Bilbao, compró 50 unidades, pero del Southampton (es la ciudad de la que salía su barco), que como sabéis va de rojo y blanco a líneas verticales. De ahí el origen de estos colores.
El primer proveedor de uniformes que tuvo el Athletic fue Adidas, allá por 1982. En 1990 firmaron por la marca italiana Kappa y tras dos temporada más con Adidas (99-00 y 00-01), el Athletic tomó la decisión de autogestionarse el tema de las equipaciones y así creo la marca 100% Athletic (decisión que otros equipos han tomado y que es, en mi opinión, origen de espantosos uniformes. Por ejemplo, el Betis y el Murcia pertenecen a este ’club’).
El tema chungo llegó tres años después. El Athletic había acabado la temporada 2003-2004 en posiciones europeas y para celebrar el asunto, el presidente Fernando Lamikiz encargó al artista vizcaíno Darío Urzay que diseñara unas camisetas para los partidos de la UEFA del club del Botxo.
La presentación de la equipación fue un escándalo (en la foto, con el creador. Por cierto, si alguien sabe qué jugadores son los que hacen de modelos, lo agradecería). Ya desde el mismo día aficionados y medios de comunicación de España y Europa se echaron las manos a la cabeza. Mucha gente en Bilbao, un sitio donde sabemos que las tradiciones se respetan mucho, no comprendían cómo su centenario club podía llevar un diseño tan arriesgado, tan poco convencional, tan... poco vinculado con el Athletic. En la propia página web de la UEFA apareció un artículo sobre las camisetas, donde fueron bautizadas con el nombre por el que todo el mundo las conoce: las camisetas ’ketchup’, por asemejarse los dibujos rojos sobre fondo blanco a chorros de la famosa salsa de tomate.
El club llegó a estrenarla, si bien en un amistoso de pretemporada en Holanda. Pero la vida de la camiseta sólo duró un mes. El Athletic Club, sin duda influenciado por el cachondeo generado por toda Europa, decidió retirar la camiseta. El artista, Darío Urzay, no tardó en dar una rueda de prensa en la que mostró su "indignación y tristeza". Al parecer, Urzay se quejaba del trato recibido por parte de la directiva, que no habló con él en ningún momento antes de retirar la camiseta, después de que él hubiera cedido los derechos de explotación de la obra y el diseño. Además, se quejó de la mofa que hizo la propia UEFA en su web. Para echar más queroseno al fuego, la web estadounidense Bleacher Report hizo un reportaje sobre las 20 camisetas de fútbol más feas de la historia e incluyó la diseñada por Urzay.
Sea como fuere, desde círculos artísticos, en cambio, se elogió el trabajo de Urzay y, de hecho, un ejemplar está expuesto en el ARTIUM, el Museo Vasco de Arte Contemporáneo de Vitoria.
Como sabéis, desde 2009, la firma deportiva inglesa Umbro (propiedad del grupo Nike) es la que viste al Athletic. Para este año, además, ha incluido el diseño de la camiseta bilbaína en su línea Tailored by Umbro, unas camisetas preciosas que recuperan el estilo del fútbol de antaño.
Pero Urzay volvió a ser noticia hace un par de años, cuando recibió el encargo de diseñar las camisetas del centenario del Arenas de Getxo. Estas sí se usaron.

Pues hasta aquí la historia de la camiseta más polémica de la historia del Athletic de Bilbao

miércoles, 9 de noviembre de 2011

FC STAR

El equipo que prefirió morir antes que perder

Supongo que muchos de vosotros habréis visto Evasión o Victoria. Por si no sabéis de qué va, trata de un grupo de prisioneros de guerra de los nazis que aceptan jugar un partido de exhibición para la propaganda alemana. Aunque en realidad los prisioneros aceptan para escaparse en el descanso, juegan el partido entero y empatan a 4, tras lo que consiguen escapar tras una invasión de campo. La película, protagonizada por el gran Sir Michael Caine y Sylvester Stallone, fue famosa también por contar con jugadores profesionales como Pelé, Ossie Ardiles, John Wark o Paul Van Himst, entre otros. Esta película está inspirada en hechos reales. Estos hechos reales superan en emoción al argumento de la película. Pero no tiene un final tan feliz.
Kiev, Unión Soviética. Principios de verano de 1941. Hitler está lanzado en su ofensiva suicida contra el Ejército Rojo y ha ocupado Ucrania. La capital está totalmente controlada por los alemanes. Muchos ciudadanos han muerto o han desaparecido en los ataques. Entre ellos, los jugadores del Dynamo de Kiev, uno de los punteros de la recién nacida URSS. Iosif Kordik es un panadero de la ciudad que puede mantener su negocio por ser de etnia alemana. Además, es un gran fan del Dynamo. Un día, paseando por su derruida ciudad, se encuentra a un deshauciado Nikolai Trusevich, el portero titular de su amado equipo. Emocionado ante tal hallazgo, arriesga su negocio y lo contrata para trabajar en su panadería. Al poco, Trusevich y Kordik deciden buscar en la caótica Kiev al resto de jugadores del Dynamo. Poco a poco, los van localizando, includos tres jugadores del otro equipo de la ciudad, el Lokomotiv, y Kordik los emplea en su panadería.
Una vez juntos, deciden volver a jugar. Como el Dynamo, por ser un equipo controlado por el Estado, había sido prohibido por los nazis, fundan uno nuevo que llaman FC Start (palabra que, curiosamente, significa lo mismo que en inglés, comienzo, principio). Gracias a algunos contactos, el Start consigue que se organicen algunos partidos de fútbol con escuadrones de soldados alemanes.
El Start jugó contra guarniciones húngaras, rumanas y alemanas, con los siguientes resultados en los seis primeros partidos: 6-2, 11-0, 9-1, 6-0, 5-1 y 3-2. Los alemanes empezaron a mosquearse, no sólo porque el Start ponía en entredicho la teoría nazi de la superioridad de la raza aria sobre la eslava, sino porque las victorias del equipo soviético estaban dando balones de moral a la población ocupada. Así que decidieron mandar a Kiev al Flakelf, un equipo formado por oficiales de la Luftwaffe, de más nivel. Pero pasó lo inevitable. El Start ganó 5-1.
En Berlín sonaron las alarmas y dieron la orden de matarlos a todos. Pero algún nazi lo pensó mejor y creyó que si hacían eso, la última imagen de los héroes del Start sería una victoria y su ejemplo sería utilizado en el futuro. Había que derrotarlos primero en el campo. Así, se organizó una revancha, fijada para el 9 de agosto de 1941.


El partido de la muerte


El clima ante el partido era muy tenso. Las autoridades nazis habían decidido que el árbitro sería un oficial de las SS que hablaba ruso, que antes del encuentro se dirigió a los jugadores del Start y les advirtió que al comenzar el encuentro debían de hacer el saludo nazi, con el brazo en alto. Los jugadores saltan al campo, el Start con camiseta roja y el Flakelf de blanco. En lugar de alzar el brazo, los futbolistas soviéticos se pusieron la mano en el pecho. Como en los partidos anteriores, el Start fue muy superior. Llegado el descanso, vencían 2-1, a pesar del juego duro de los alemanes, que repartieron patadas de manera impune durante los 45 minutos. Viendo que perdían, los alemanes decidieron poner las cosas claras. En el vestuario irrumpieron varios miembros del Ejército nazi, armados, que directamente les dijeron que si ganaban, morirían todos.
Aunque se las pasó por la cabeza no saltar al campo (el miedo es irracional), se miraron a las caras y saltaron, como unos valientes... y salieron a ganar. La apisonadora soviética se puso en marcha y al final del partido iban ganando ya 5-3. Cuando el partido agonizaba, uno de los jugadores del Start, Oleksiy Klimenko, cogió el balón, llegó hasta la línea defensiva alemana, regateó a quien le salió al paso, incluido el portero... y cuando estaba solo ante la meta, se dio la vuelta y chutó hacia el centro del campo, un gesto de burla y de superioridad total. El árbitro se apresuró a pitar el final antes de que se cumplieran los 90 minutos.
La gente en Kiev estaba loca de contenta, pero los nazis estaban dispuestos a cumplir su venganza. Dejaron que el Start jugara un partido más (que por cierto ganaron 8-0) y después, detuvieron a todos los miembros del Start, acusándolos de ser miembros de la NKVD, los servicios secretos soviéticos. Algunos de los jugadores murieron torturados poco después. Otros lo hicieron más adelante, en campos de concentración. Sólo sobrevivieron Fedir Tyutchev, Mikhail Sviridovskiy y Makar Goncharenko, que no estaban con el resto de sus compañeros en el momento de su detención. Gracias a ellos, la historia del FC Start se pudo conocer.
Tras ello, varios libros y películas recogieron la historia. En 1981, se erigió junto al estadio del Dynamo una escultura de homenaje a los héroes del Start. Y se dice que quien conserve una entrada del partido del 9 de agosto de 1941, tendrá un asiento asegurado para ver al Dynamo de Kiev.

Y hasta aquí la historia de un grupo de futbolistas que prefirieron morir antes que perder.
Agradecimientos al blog Un trabajo sucio, que recogió antes que nosotros esta apasionante historia.

martes, 8 de noviembre de 2011

LA HIERBA AZTECA


Todos nos acordamos del golazo de Maradona a Inglaterra en el Mundial de Mexico86. No el de la mano sino el que con tanta emocion nos narro Victor Hugo Morales.


Pues Hugo Sanchez contó, en la tele (en el programa Maracanazo, un dia que lo llevaron invitado), esta anecdota:


La seleccion de Mexico jugó en el Estadio Azteca de la Ciudad de Mexico todos los partidos de la primera fase del mundial. Tambien jugo Octavos de final ahi y despues ya no volvian a ese estadio hasta la final.
Comentó que a la seleccion mexicana le interesaba un juego lento por las caracteristicas de sus jugadores y que por eso mantenian la hierba del estadio alta para ralentizar el juego del rival y que el ritmo del partido fuera lento. Asi en todos los partidos.
Resulta que el 21 de junio fueron eliminados los mexicanos del mundial en cuartos. Ya no iban a volver al Estadio Azteca, asi que los encargados del cesped cortaron la hierba.
El 22 de junio se disputo el partido Inglaterra-Argentina. Con la hierba alta el slalom de Maradona hubiera sido un poco mas lento. No dijo que el gol no se hubiera conseguido, pero que el balon hubiera ido mas lento en la conduccion.

Que cosas eh, cosas del futbol, todos estos insignificantes detalles se unen para hacer algo grande.

EL HINCHA

Una vez por semana, el hincha huye de su casa y asiste al estadio.
Flamean las banderas, suenan las matracas, los cohetes, los tambores, llueven las serpientes y el papel picado; la ciudad desaparece, la rutina se olvida, sólo existe el templo.
En este espacio sagrado, la única religión que no tiene ateos exhibe a sus divinidades. Aunque el hincha puede contemplar el milagro, más cómodamente, en la pantalla de la tele, prefiere emprender la peregrinación hacia este lugar donde puede ver en carne y hueso a sus ángeles, batiéndose a duelo contra los demonios de turno.
Aquí, el hincha agita el pañuelo, traga saliva, glup, traga veneno, se come la gorra, susurra plegarias y maldiciones y de pronto se rompe la garganta en una ovación y salta como pulga abrazando al desconocido que grita el gol a su lado. Mientras dura la misa pagana, el hincha es muchos. Con miles de devotos comparte la certeza de que somos los mejores, todos los árbitros están vendidos, todos los rivales son tramposos.
Rara vez el hincha dice: «hoy juega mi club». Más bien dice: «Hoy jugamos nosotros». Bien sabe este jugador número doce que es él quien sopla los vientos de fervor que empujan la pelota cuando ella se duerme, como bien saben los otros once jugadores que jugar sin hinchada es como bailar sin música.
Cuando el partido concluye, el hincha, que no se ha movido de la tribuna, celebra su victoria; qué goleada les hicimos, qué paliza les dimos, o llora su derrota; otra vez nos estafaron, juez ladrón. Y entonces el sol se va y el hincha se va. Caen las sombras sobre el estadio que se vacía. En las gradas de cemento arden, aquí y allá, algunas hogueras de fuego fugaz, mientras se van apagando las luces y las voces. El estadio se queda solo y también el hincha regresa a su soledad, yo que ha sido nosotros: el hincha se aleja, se dispersa, se pierde, y el domingo es melancólico como un miércoles de cenizas después de la muerte del carnaval.

Cuento del libro “El fútbol a sol y sombra” – Eduardo Galeano

Dos "9" EN VALLECAS

¿Sabías que Urzaiz y Hugo Sánchez compartieron delantera en el Rayo Vallecano?

Sí. Es un dato que pocos conocen. Fue en la temporada 93/94. En aquel entonces, Urzaiz era un joven jugador que había salido de la cantera del Real Madrid –con el que llegó a jugar un partido en la Copa de Europa, frente al Odense-, y que llegaba procedente del Celta de Vigo, con el que la temporada anterior solamente había disputado seis partidos. Por su parte, para Hugo Sánchez sería su última temporada en nuestra liga, a la que había regresado tras su breve paso por el fútbol mexicano, donde jugó en el Atlante, tras salir del Real Madrid. Tras su estancia en Vallecas, Hugo jugaría posteriormente de nuevo en el Atlante, en el Linz austríaco, el Dallas Burns estadounidense y el Atlético Celaya, antes de comenzar su carrera como entrenador.
Hugo y Urzaiz fueron la pareja de delanteros que el entrenador, Félix Barderas ‘Felines’, alineó para el primer partido en el Sardinero, ante el Racing de Santander. El Rayo cayó por 1-0 y la pareja estuvo prácticamente inédita ya hasta final de temporada, en la que llegaron a disputar juntos nueve partidos más, pero sólo dos de ellos como pareja titular (en ninguno, por cierto volvieron a jugar juntos noventa minutos). En aquella temporada, Hugo Sánchez consiguió dieciséis goles, y Urzáiz solamente uno. El Rayo tuvo hasta tres entrenadores (terminó la temporada con David Vidal) y no consiguió evitar el descenso. Terminó en decimoséptima posición en liga, y el Compostela le derrotó en el Play Off. Aquella fue la primera temporada con Teresa Rivero como presidenta.
Como anécdota, y para finalizar, hay que señalar que el último partido que disputó Hugo Sánchez en España, fue el diez de abril de 1994, en Vallecas, ante el Zaragoza. Jugó solamente dieciséis minutos. Su sustituto fue, precisamente, Ismael Urzáiz.

lunes, 7 de noviembre de 2011

EL HEREDERO DE ISLANDIA

¿Sabías que Gudjohnsen debutó con la selección sustituyendo a su padre?

Eidur Gudjohnsen tiene en su biografía un dato particular. Cuando debutó con la selección de su país, Islandia, el 24 de abril de 1996, con diecisiete años, lo hizo sustituyendo nada menos que a su propio padre, Arnór Guðjohnsen, quien entonces tenía treinta y cinco años. Fue en el minuto setenta de un partido frente a Estonia, que terminó 3-2 para los islandeses, con gol de Gudjohnsen padre incluido.
Arnór Guðjohnsen, actual representante de Eidur, fue un delantero centro muy reconocido en su país. Con Islandia jugó setenta y cuatro partidos internacionales, anotando catorce goles. A nivel de clubes, defendió, entre otros, las camisetas del Lokeren, Anderlecht y Girondins de Burdeos, y fue máximo goleador de la liga belga la temporada 86/87.

CREYENDO EN LOS PROYECTOS

¿Sabías que el West Ham sólo ha tenido 12 entrenadores en sus más de cien años de historia?

Cuando hablamos de proyectos a largo plazo y entrenadores longevos, todos pensamos en Inglaterra. En la Premier League es habitual que los técnicos afronten proyectos a largo plazo y se mantengan en los banquillos durante varios años. Arsene Wenger, que esta temporada ha cumplido su décimo aniversario en el Arsenal, o Alex Ferguson, dos décadas al frente de los red devils, son buenos ejemplos de ello (el caso del francés Guy Roux, en el Auxerre, merece un capítulo aparte).
Por todo ello, es lógico que los cambios en la dirección técnica no sean tan habituales como en el resto de ligas europeas. Sin embargo, existen casos extremos, como el del West Ham United. El equipo londinense, que cuenta ya con más de cien años de existencia (112 para ser exactos), únicamente ha tenido 12 entrenadores en su historia, todos ellos británicos. Y lo que es aún más sorprendente, hasta hace 18 años sólo cinco habían ocupado el banquillo de Upton Park. Toda una marca difícil de igualar, si lo comparamos con los grandes de las islas como Manchester United (17 técnicos) y Liverpool (18) o, sin necesidad de salir de España, con Real Madrid (36) o FC Barcelona (28).

Este número tan corto de entrenadores puede comprenderse al comprobar que el primer míster de la historia de los hammers, Syd King (en la foto), estuvo 31 años al frente del equipo. Sin embargo, la condición de equipo humilde que siempre ha tenido el West Ham no cambió hasta la llegada de Ron Greenwood a la dirección del equipo en 1961, con quien el conjunto londinense consiguió sus cotas más altas al conseguir la FA Cup de 1964, la Recopa de Europa en 1965 y jugar, en 1966, la final de la Copa de la Liga. En aquel conjunto, entrenado por Greenwood, jugaban entre otros Martin Peters, Geoff Hurst y Bobby Moore, a la postre campeones del mundo en 1966 con la selección inglesa y decisivos en la consecución del campeonato. Moore era el capitán de aquel combinado, Peters anotó un gol en la final ante Alemania y Hurst tres, hazaña aún no igualada.
Tras la destitución de Greenwood, que se mantuvo trece años como entrenador hammer, en 1974, llegó John Lyall, quien continuó el buen trabajo de su predecesor. Con Lyall en el banquillo, el West Ham a punto estuvo de repetir los logros de las temporadas 64 y 65. El equipo ganó la FA Cup en su primera temporada y la siguiente llegó a la final de la Recopa, en la que cayó ante el Anderlecht. En aquel equipo, ya sin los campeones del mundo, jugaban Frank Lampard, el padre del actual jugador blue, Trevor Brooking (técnico interino del equipo en 2003) o el actual entrenador Alan Curbishley.
Lyall, que dejó el club en 1989, fue el último entrenador que duró más de diez temporadas al frente del equipo (14, concretamente), tras una “tradición” que habían perpetuado anteriormente Syd King (31), Charlie Paynter (18), Ted Fenton (11) y Greenwood (13). Además, la salida de Lyall y la llegada del escocés Lou Macari supuso que, por primera y única vez en más de cien años, un técnico no inglés se sentara en el banquillo de Upton Park. A partir de Macari, el West Ham ha tenido siete técnicos en 18 años, es decir, dos más que en los 94 anteriores: Billy Bonds, Harry Redknapp, Glenn Roeder, Alan Pardew, Brooking y el actual técnico, Curbishley.
Sin duda, un caso curioso el del West Ham.


Otro día os contaremos la Historia de este gran club. Merece la pena.

domingo, 6 de noviembre de 2011

UN NIGERIANO VERDIBLANCO

Qué fue de... Finidi George

¿Quién era?: Un centrocampista nigeriano de los 90 y mediados de la pasada década.
¿Por qué se le recuerda?: Por ser uno de los componentes de la mejor generación de futbolistas nigerianos (los hemos nombrado ya mucho: Amokachi, Okocha, Yekini, Mutiu, Ikpeba, Amunike y un largo etcétera), que tuvo su momento de gloria cuando ganó con el Ajax la Copa de Europa en 1995 y por lo bien que conectó con la afición del Betis, donde estuvo cuatro años.
¿Qué fue de él?: Se retiró en 2004 en el Mallorca. Tras unos años perdido (nunca tuve ocasión de encontrarlo hasta hace poco. Al parecer no se movió de Palma), ahora forma parte de la secretaría técnica del Real Betis.
¿Sabías qué...?: Siempre hubo confusión con su nombre, porque muchos decían que era George Finidi y otros que era Finidi George. Esta última es la versión buena.
- En el Ajax jugaba junto a legendarios como Van der Sar, los hermanos de Boer, Litmanen, Davids, Seedorf, Kluivert, Blind... y todos dirigidos por Louis "Siempre Negatiffo" Van Gaal.
- Cada vez que marcaba un gol con el Betis, desde la grada le tiraban un sombrero cordobés que Finidi no dudaba en ponerse. El camerunés Emana ha heredado esa costumbre.
- Estaba en la selección nigeriana que (y perdón por la grosería) nos metió ’los pelos p’adentro’ en el Mundial de Francia 98.
- Tenía dos hermanos futbolistas, Iginaware y Celestine. Iginaware falleció en tristísimas circunstancias, en concreto, en una avalancha en un estadio nigeriano.
- En España también jugó en el Mallorca, donde estuvo en dos etapas.
- En aquel mítico Ajax había otro nigeriano de muchos quilates: Nwankwo Kanu.
- Está entre los diez nigerianos que más veces ha vestido la camiseta de su país.
- En la selección su dorsal era el 7.
- Su mayor logro con el Betis (en el que también estaba Alfonso, como recordaréis) fue jugar la final de la Copa del Rey de 1997, que perdieron ante el Barça.



Biografía, palmarés, estadísticas: Finidi George nació el 15 de abril de 1971 en Port Harcourt, Nigeria. Su primer equipo fue el Calabar Rovers, donde empezó en 1989. Tras eso, pasó por el Iwanyanwu y el Sharks de su país, para dar el salto a Europa en 1993, al Ajax de Amsterdam. Tras tres años en Holanda, el talonario de don Manuel Ruiz de Lopera lo trajo al Betis, donde estuvo cuatro años, tras los que se fue al Mallorca, donde estuvo un año. Pasó dos años en el Ipswich Town inglés después y en 2004 regresó al Mallorca, donde se retiró. En su palmarés tiene tres ligas y dos Supercopas de Holanda, una Champions, una Supercopa de Europa y una Intercontinental. Con Nigeria jugó 62 partidos y metió dos goles. En su palmarés como internacional tiene una Copa de África (1994).

CAMISETAS PARA LA HISTORIA DE LA PREMIER LEAGUE

HORROR EN HIGHBURY

El Arsenal tiene también un borrón en su inmaculado historial deportivo, y es la camiseta que vistió entre los años 1991 y 1993. Parece mentira que con un diseño así, los aficionados permitieran que su equipo la vistiera durante dos años. ¿Diría algo Thierry Henry si el club decidiera recuperar ese diseño? ¿Se negaría a jugar? 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ELCÓDIGO DE BARRAS INGLÉS

Consultando la hemeroteca uno se puede encontrar verdaderos desaciertos en la elección del diseño para la camiseta. Un ejemplo claro es el del Newcastle, que un año intentó combinar las barras gruesas y estrechas en su uniforme. Lejos de convencer a la hinchada, el peculiar diseño provocó mareos en todo aquel que lo miró fijamente durante varios minutos...

 

CAMPOS, EL PORTERO HORTERA

En los equipos de fútbol sólo hay un puesto que ofrece libertad en la vestimenta: el de portero. Muchos de ellos han sorprendido con creaciones propias, pero pocos han provocado tanto revuelo como el mexicano Jorge Campos.

Su combinación de colores, sus tonos fluorescentes, le colocan en los puesto altos de la clasificación de vestimentas horribles. Eso sí, si su objetivo era despistar a los delanteros, seguro que lo consiguió.

sábado, 5 de noviembre de 2011

FRASES CELEBRES

FRASES DEL 10 Y LA COMPARACIÓN DE PLATINI
 

 
"Nadie duda que Zidane es un jugador tremendo, pero lo que Zidane hace con una pelota, Maradona lo hace con un naranja" Michel Platini


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 "Yo crecí en un barrio privado... privado de luz, agua, teléfono..." Diego Armando Maradona, durante su visita a Bolivia en marzo de 2004.
 

EL VUELO DE LA GAVIOTA

Qué fue de..... Catanha

Esta vez vamos a hablar de un tipo al que el fútbol no le regaló nada, consiguió llegar a lo más alto a base de trabajo y no ha tenido problema en continuar ganándose el pan en los campos más humildes de la península. Tan pronto salía, alguien siempre informaba de su paradero. Supongo que alguno de vosotros dirá que vaya poco mérito, que está bien localizado, que aún no se ha retirado, pero como ya sabéis, no sólo el paradero de los deportistas es la razón de ser de este blog, sino también sus anécdotas. Así que os traemos a todo un internacional español: Catanha.

¿Quién era?: Un futbolista hispano-brasileño de los 90 y de la actualidad.
¿Por qué se le recuerda?: Porque en su época fue un prolífico delantero en equipos como el Celta de Vigo o el Málaga, llegando a nacionalizarse español y a jugar con la Roja.
20091026000636-catanha1.jpg¿Qué fue de él?: Pues como supongo que sabréis la mayoría, a sus 37 años sigue jugando en el Estepona, de 2ª B (en la foto, con su camiseta).
¿Sabías qué...?: Llegó a España vía Salamanca, junto a su compatriota Giovanella y al portugués Pauleta.
- Tiene una forma muy característica de celebrar los goles, con el famoso Vuelo de la Gaviota (moviendo los brazos así, de arriba a abajo).
- Debutó con la Roja hace ya nueve años, en un partido ante Israel en el Bernabéu que ganamos 2-0. Entró sustituyendo a Urzáiz (viendo la alineación de ese partido, acabo de flipar al darme cuenta de que Iker Casillas era ya titular de la selección. De ese partido, sólo Iker, Catanha, Manuel Pablo, Gerard y Raúl siguen en activo).
- En su primera temporada en el Salamanca pasó sin pena ni gloria. Fue a la siguiente, con el Leganés, cuando despuntó.
- En 2000, se convirtió en el fichaje más caro de la historia del Celta de Vigo, que pagó por él al Málaga 2.300 millones de pesetas.
- Catanha jugó tres partidos con la selección. El primero, ya citado, se saldó con una victoria. Los otros dos fueron un empate y una derrota (contra Países Bajos en Sevilla, que perdimos 1-2 -con goles del gran Hasselbaink y de Frank de Boer-).
- Jugó con Ronaldo en las filas del Sao Cristovao brasileño.
- Este trotamundos ha jugado en la liga rusa, en concreto en el Krylia Sovietov Samara.
- Desde su fichaje, el Estepona cuadruplicó el número de asistentes a sus partidos.

Biografía, palmarés, estadísticas: Henrique Guedes da Silva nació en Recife, Brasil, el 6 de marzo de 1972. Os cuento sus equipos: Sao Cristovao, Uniao Sao Joao, Sportivo Alagoano, Paysandu, Os Belenenses, Salamanca, Leganés, Málaga, Celta, Estrela Amadora, Krylia Sovietov, Atletico Mineiro, Linares y Estepona. Con la selección, como os he dicho, jugó tres partidos

viernes, 4 de noviembre de 2011

EL PASADO "MAÑO" DE RIJKAARD

 ¿Sabías que Frank Rijkaard jugó en el Real Zaragoza?

A punto de cumplir los 18 años, Frank Rijkaard debutó con el primer equipo del Ajax en 1980 de la mano de Leo Beenhakker. Lo abandonó siete años más tarde tras una discusión con Johan Cruyff (al parecer, el jugador había firmado un precontrato con el PSV) y fichó por el Sporting de Portugal. Apenas jugó con el equipo lisboeta, ya que no dio tiempo a inscribirle en ninguna competición.
Fue cedido al Real Zaragoza para la segunda vuelta de la temporada 87/88. Rijkaard ya había visitado unos meses antes La Romareda para disputar una semifinal de la Recopa junto a Blind, Wouters o Van Basten. En el Zaragoza, jugó 11 partidos como libre o mediocentro. Arrigo Sacchi pidió a Berlusconi que lo fichara. Y aunque el Sporting no estaba dispuesto a renunciar a él, Rijkaard recaló finalmente en San Siro tras ganar con Holanda la Eurocopa 88.

EL GRAN BRIAN CLOUGH

¿El entrenador más polémico de la historia y maestro de Mourinho?

José Mourinho no ha inventado nada. La gran mayoría de sus gestos y declaraciones tienen un espejo treinta años antes, en un entrenador británico pionero en aquello de robar portadas a sus discípulos. Y eso que éstos no lo hacían mal: dos copas de Europa y tres ligas fueron sus títulos.
Si a eso le añadimos que fue con el Nottingham Forest y con el Derby County, suena aún mejor.
Las alusiones a su trato con Dios, el desprecio a los títulos conseguidos anteriormente por el equipo al que acababa de llegar, su valoración personal por encima del resto, o sus frases repletas de ironía para despreciar a un rival, nada de todo eso que hace Mourinho hoy en día (y muy bien por cierto) es nuevo; este técnico inglés al que nos referimos ya lo hizo hace muchos años.
Se trata de Brian Clough, genio y figura, capaz de lograr resultados increíbles con un juego estilista; de enfurecer a todos sus rivales, aficionados y hasta a sus propios jugadores con sus palabras; recordado en letras de canciones, libros, e incluso en una película de bastante éxito.

Iba para delantero estrella
Nacido en Middlesbrough el 21 de marzo de 1935, llegó al equipo de su ciudad a los 16 años. Era un delantero de área, un auténtico killer; no en vano, Clough anotó 197 goles en 212 partidos. En 1961 firmó con el Sunderland, con el que marcó 61 goles en 54 partidos. Con prácticamente una media de gol por partido, estaba en registros de ser uno de los más grandes del fútbol inglés, pero una grave lesión en el ligamento cruzado de su rodilla, en diciembre de 1962, le llevó a una retirada prematura. Los banquillos británicos lo agradecieron.
En 1965 comenzó su andadura como entrenador, en el modesto Hartlepool United de la cuarta división. Tras dos decentes campañas ficha por el Derby County, entonces en segunda, y logra el ascenso en su primera temporada completa. Fue en este club donde creció la leyenda de uno de los entrenadores más emblemáticos de todos los tiempos, logrando el título nacional en 1972, el primero en la historia del modesto club.
Clough se convirtió en el entrenador de moda, tanto por su pasión por el fútbol de ataque, "si Dios hubiera querido que el fútbol se jugara en las nubes, no habría puesto hierba en el suelo", como por sus declaraciones. "Por conseguir los tres puntos le pegaría un tiro a mi abuela", fue una de sus perlas más sonadas entonces.
Pero estas frases también le jugaron malas pasadas. En 1973 los carneros llegaron a las semifinales de la Copa de Europa, cayendo ante la Juventus en un encuentro polémico por los supuestos regalos que la escuadra turinesa entregó a los colegiados. Brian, además de despotricar contra su entonces presidente, acusó a los bianconeri de estafadores, y profirió insultos a todos los italianos, que supusieron una multa para el Derby. Poco después, y tras varios encontronazos más con la directiva, Clough y su acompañante dimitieron, pese a la oposición de la plantilla y los aficionados.

Los peores 44 días
Al año siguiente firmó por el Brighton & Hove Albion, de la Tercera División, lo que sin duda significaba un tremendo paso atrás sólo unos meses después de disputar las semifinales de la Copa de Europa. En el club del sur estuvo una temporada, sin pena ni gloria.
Pero en 1974 el Leeds United, equipo puntero de la máxima categoría pero que practicaba un fútbol rácano y que despertaba antipatía en todo el país, vio cómo su entrenador, Don Revie, era convertido en seleccionador inglés, con lo que recurrió a Clough para su cargo. Parecía el regreso a la elite de Brian. Nada más lejos de la realidad.
Ya su llegada no pudo ser más polémica, ganándose enemigos desde su presentación con sus declaraciones. "Hasta donde sé, ustedes pueden tirar a la basura vuestros trofeos conquistados, porque ustedes los ganaron haciendo trampas". En un equipo que acababa de proclamarse campeón de Liga, estas palabras no sentaron nada bien. Tampoco supo llevarse con los estandartes del equipo; "Dios no te ha dado seis tacos para que los claves en la pierna de un rival", le espetó a Jhonny Giles, uno de los capitanes, con cierta fama de duro.
Tal era la situación que el presidente del Leeds decidió prescindir de Clough a los 44 días de su llegada. El día de su cese, en rueda de prensa, dejó otra frase para el recuerdo, como no podía ser de otra manera. Al ser preguntado sobre sus sentimientos, Clough, ni corto ni perezoso, aseguró "es un día muy triste... para el Leeds United".
Estos 44 días de agonía con los whites dieron para un best seller, obra de David Peace y publicado en 2006, y hasta para una película, The Dammed United

 

Llega al Nottingham, se forja la leyenda
En enero de 1975 Clough ficha por el Nottingham Forest, equipo que deambulaba por la segunda división. En esa primera "media temporada" consiguió salvar los muebles y, de paso, dejar preparada la próxima, la que iba a suponer el comienzo del éxito. "Ya sé que Roma no se construyó en un día, pero es que yo no me encargué de ese trabajo", dijo.
De la mano del entrenador y de jugadores talentosos como Martin O'Neill, posteriormente entrenador, entre otros, del Aston Villa, Viv Anderson, el primer jugador de color de la selección inglesa, o John McGovern (todos ellos titulares en "las" Copas de Europa), los reds lograron el ascenso a la Premier League, entonces llamada First Divison.
Ese año llegaron al Forest jugadores de la talla de Archie Gemmill o David Needham, pero sobretodo fue el fichaje del veterano guardameta Peter Shilton el que demostró que el equipo recién llegado iba a por todas. Y así fue. En esa primera temporada, los chicos de Brian Clough se proclamaron campeones de liga, por delante del todopoderoso Liverpool, dejando aturdido a todo el país. Además, ese mismo año los reds se hicieron con la Copa de la Liga.
Pero el camino no estaba terminado. En la temporada 78-79 el Nottingham, que se había hecho con los servicios de Trevor Francis, quizá el mejor inglés del momento, comenzaba su andadura en la Copa de Europa como un completo desconocido. Pero pronto saltó a la palestra. La primera ronda deparó un enfrentamiento frente al Liverpool, vencedor en las dos ediciones anteriores, y los de Clough pasaron por encima. AEK de Atenas, Grasshopper y Colonia fueron los siguientes en caer. Ya estaban en la final, donde esperaba el Malmo, en el Olímpico de Munich.
El partido fue de todo menos bonito, y terminó con la victoria inglesa por un tanto a cero, obra de Francis. Clough explicaba así la final: "No fue un gran partido, ellos fueron un equipo aburrido. De hecho, Suecia es una nación aburrida. Pero hemos ganado".

Por partida doble
La temporada siguiente, el Nottingham Forest iba a repetir. Acudía a Europa como vigente campeón, puesto que la Liga se la había llevado el Liverpool, pese a que los Forests no habían perdido ningún encuentro durante toda la temporada. El Osters sueco fue la primera víctima, al que sucedieron Arges Pitesti, Dinamo de Berlín y Ajax. En la final se iban a enfrentar al Hamburgo, que con Keegan y Magath en sus filas se presentaba como favorito, a pesar de que el Nottingham era el campeón. El escenario, el Bernabéu.
Con un solitario tanto de Robertson, en el minuto 21, y con una maravillosa actuación de Shilton, los reds volvieron a proclamarse los reyes del viejo continente, convirtiéndose en el primer y único equipo que tiene más Copas de Europa que títulos ligueros. Ese mismo año, el equipo resultó también campeón de la Supercopa de Europa, al imponerse al Barcelona, y de la Copa de la Liga.

El fin del ciclo
Después de estos tres años de éxitos, las estrellas del Forest se eclipsaron, y el equipo pasó a un segundo plano. Sólo dos nuevas Copas de la Liga (89 y 90) y dos Full Members Cup (89 y 92), copa que existió mientras fueron apartados los equipos ingleses de las competiciones europeas, maquillaron algo la trayectoria.
Finalmente en la 92/93 el equipo termina colista de la Premier y Brian Clough dimite, dejando al equipo donde lo había tomado, pero con un amplio palmarés en sus espaldas. En ese momento el ídolo ya estaba muy afectado por su alcoholismo, problema que fue incapaz de superar y que terminó con su vida el 20 de septiembre de 2004, a los 69 años, al no soportar un trasplante de hígado. "¿Los hooligans en el fútbol? Bueno, están ahí, pero la verdad es que creo que hay bastantes más en la Cámara de los Comunes que en los campos ingleses", fue una de sus últimas perlas.
Así era Brian Clough, idolatrado y repudiado en el fútbol inglés. Capaz de llevar al Nottingham Forest de Segunda División a campeón de Europa en sólo tres años y, no contento con eso, repetir cetro europeo. Capaz de tildarse a sí mismo como Dios. "Yo no diría que fui el mejor entrenador, pero sí que estaba en el TOP 1". Palabra de genio.

jueves, 3 de noviembre de 2011

GRAN RESERVA

Qué fue de... el Mono Montoya



¿Quién era?: Un portero colombo-argentino de los 80, los 90 y esta década.
¿Por qué se le recuerda?: Por ser el excéntrico portero de equipos como Boca Juniors y en España, por guardar la meta del Extremadura de Almendralejo, el Mérida o el Tenerife.
¿Qué fue de él?:  Se acaba de retirar, en concreto el verano pasado. Su último equipo fue el Tacuarembó uruguayo. Ahora se prepara para ser entrenador.
¿Sabías qué...?: (Nacionalidad) Su padre era argentino y también era portero, pero como jugaba en Colombia en los 60, Navarro Montoya junior nació en el país cafetero. Pero como jugó muchos años en su Argentina, obtuvo ambas nacionalidades.
- Su ilusión era jugar con la albiceleste, pero en 1986 llegó a jugar con la selección colombiana. Aún así, la FIFA le permitió ser seleccionable por Argentina. Pero no fue convocado nunca.
20100526191145-monomontoya.jpg- Como sabéis, su apodo es ‘el Mono’.
- Ha jugado en 16 equipos diferentes.
- Hay un asunto destacado respecto a su paso por España. Descendió a 2ª con los tres equipos con los que jugó.
- No fue el único ‘Mono’ que jugó en España. Poco después lo hizo el Mono Burgos.
- Debutó con Boca ante River y ganaron los xeneizes 2-0.
- Los medios argentinos establecieron una competición entre Montoya (cuando estaba en Boca) y Chilavert (cuando era el líder del Vélez Sarsfield que arrasaba). Se dice que los dirigentes de Boca ofrecieron a Vélez un trueque que no aceptaron los de Liniers.
- En un partido de la Libertadores entre Boca y el Colo-Colo chileno, Montoya agredió a un fotógrafo y luego un perro policía le mordió.
- Le hizo debutar en Primera Alfio Basile, cuando el Mono jugaba en Vélez.



Biografía, palmarés, estadísticas: Carlos Fernando Navarro Montoya nació el 26 de febrero de 1966 en Medellín, Colombia. Su primer equipo profesional fue Vélez Sarsfield. 
Jugó en Independiente de Santa Fe, Boca Juniors, Extremadura (96/97), Mérida (97/98) y Tenerife (98/99 y 99/2000). Luego pasó por Deportes Concepción (Chile), Chacarita Juniors, Independiente de Avellaneda, Gimnasia de La Plata (Argentina), Atlético Paranaense (Brasil), Nueva Chicago, Olímpo de Bahía Blanca, Atlético Luján del Cuyo (Argentina) y después en el Tacuarembó uruguayo. Con la selección colombiana jugó tres partidos. En su palmarés tiene un Apertura, una Supercopa y una Recopa suramericanas.

CAMISETAS PARA LA HISTORIA

 Hull City estampado de tigre, 1992-1995

20110925132635-hullcity.jpg Con permiso de la camiseta ’ketchup’ del Athletic de Bilbao, es sin lugar a dudas una de las más horrorosas elásticas de todos los tiempos. Esta tiene más delito, si cabe, porque fue utilizada durante casi tres temporadas. En fin, esta es la camiseta ’tigre’ del Hull City.
El Hull, equipo fundado en 1904, siempre vistió con rayas ámbar y negras. Esta combinación le valió el apodo de ’los tigres’, hasta tal punto que en 1947, el equipo adoptó la imagen de este animal como principal elemento de su escudo. Así las cosas, en 1992, la firma Matchwinner, proveedora oficial del Hull, decidió aplicar el apodo del equipo de manera literal al uniforme, creando así un estampado que imitaba el pelaje de un tigre y que es, en mi opinión, inenarrablemente hortera.
Pero lo peor es que en enero de 1994, cambiaron de proveedor deportivo. Era una firma llamada Pelada (curioso nombre), que no sólo no rompió con la horrorosa tendencia anterior, sino que lo
empeoró (y era difícil), creando unas rayitas más pequeñas e incluso manchas a modo de leopardo.

Tremendo:
Hull City
Gracias a Dios, en 1995, una nueva firma llamada Super League decidió borrar de un plumazo estas aberraciones y creó un diseño limpio, con una camiseta de color ámbar totalmente. Dos años después regresaron las franjas, pero por suerte, ninguno de los subsecuentes proveedores deportivos del Hull City (entre otros, Diadora, Umbro o Adidas) ha tenido la brillante idea de recuperar el diseño de la piel de un tigre para una camiseta de fútbol.

En E-bay un tipo vende el segundo modelo por 20 libras. Si alguno quiere poseer tan preciosa prenda, que lo busque, que no tardará mucho en hallar la oferta.