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viernes, 4 de noviembre de 2011

EL PASADO "MAÑO" DE RIJKAARD

 ¿Sabías que Frank Rijkaard jugó en el Real Zaragoza?

A punto de cumplir los 18 años, Frank Rijkaard debutó con el primer equipo del Ajax en 1980 de la mano de Leo Beenhakker. Lo abandonó siete años más tarde tras una discusión con Johan Cruyff (al parecer, el jugador había firmado un precontrato con el PSV) y fichó por el Sporting de Portugal. Apenas jugó con el equipo lisboeta, ya que no dio tiempo a inscribirle en ninguna competición.
Fue cedido al Real Zaragoza para la segunda vuelta de la temporada 87/88. Rijkaard ya había visitado unos meses antes La Romareda para disputar una semifinal de la Recopa junto a Blind, Wouters o Van Basten. En el Zaragoza, jugó 11 partidos como libre o mediocentro. Arrigo Sacchi pidió a Berlusconi que lo fichara. Y aunque el Sporting no estaba dispuesto a renunciar a él, Rijkaard recaló finalmente en San Siro tras ganar con Holanda la Eurocopa 88.

EL GRAN BRIAN CLOUGH

¿El entrenador más polémico de la historia y maestro de Mourinho?

José Mourinho no ha inventado nada. La gran mayoría de sus gestos y declaraciones tienen un espejo treinta años antes, en un entrenador británico pionero en aquello de robar portadas a sus discípulos. Y eso que éstos no lo hacían mal: dos copas de Europa y tres ligas fueron sus títulos.
Si a eso le añadimos que fue con el Nottingham Forest y con el Derby County, suena aún mejor.
Las alusiones a su trato con Dios, el desprecio a los títulos conseguidos anteriormente por el equipo al que acababa de llegar, su valoración personal por encima del resto, o sus frases repletas de ironía para despreciar a un rival, nada de todo eso que hace Mourinho hoy en día (y muy bien por cierto) es nuevo; este técnico inglés al que nos referimos ya lo hizo hace muchos años.
Se trata de Brian Clough, genio y figura, capaz de lograr resultados increíbles con un juego estilista; de enfurecer a todos sus rivales, aficionados y hasta a sus propios jugadores con sus palabras; recordado en letras de canciones, libros, e incluso en una película de bastante éxito.

Iba para delantero estrella
Nacido en Middlesbrough el 21 de marzo de 1935, llegó al equipo de su ciudad a los 16 años. Era un delantero de área, un auténtico killer; no en vano, Clough anotó 197 goles en 212 partidos. En 1961 firmó con el Sunderland, con el que marcó 61 goles en 54 partidos. Con prácticamente una media de gol por partido, estaba en registros de ser uno de los más grandes del fútbol inglés, pero una grave lesión en el ligamento cruzado de su rodilla, en diciembre de 1962, le llevó a una retirada prematura. Los banquillos británicos lo agradecieron.
En 1965 comenzó su andadura como entrenador, en el modesto Hartlepool United de la cuarta división. Tras dos decentes campañas ficha por el Derby County, entonces en segunda, y logra el ascenso en su primera temporada completa. Fue en este club donde creció la leyenda de uno de los entrenadores más emblemáticos de todos los tiempos, logrando el título nacional en 1972, el primero en la historia del modesto club.
Clough se convirtió en el entrenador de moda, tanto por su pasión por el fútbol de ataque, "si Dios hubiera querido que el fútbol se jugara en las nubes, no habría puesto hierba en el suelo", como por sus declaraciones. "Por conseguir los tres puntos le pegaría un tiro a mi abuela", fue una de sus perlas más sonadas entonces.
Pero estas frases también le jugaron malas pasadas. En 1973 los carneros llegaron a las semifinales de la Copa de Europa, cayendo ante la Juventus en un encuentro polémico por los supuestos regalos que la escuadra turinesa entregó a los colegiados. Brian, además de despotricar contra su entonces presidente, acusó a los bianconeri de estafadores, y profirió insultos a todos los italianos, que supusieron una multa para el Derby. Poco después, y tras varios encontronazos más con la directiva, Clough y su acompañante dimitieron, pese a la oposición de la plantilla y los aficionados.

Los peores 44 días
Al año siguiente firmó por el Brighton & Hove Albion, de la Tercera División, lo que sin duda significaba un tremendo paso atrás sólo unos meses después de disputar las semifinales de la Copa de Europa. En el club del sur estuvo una temporada, sin pena ni gloria.
Pero en 1974 el Leeds United, equipo puntero de la máxima categoría pero que practicaba un fútbol rácano y que despertaba antipatía en todo el país, vio cómo su entrenador, Don Revie, era convertido en seleccionador inglés, con lo que recurrió a Clough para su cargo. Parecía el regreso a la elite de Brian. Nada más lejos de la realidad.
Ya su llegada no pudo ser más polémica, ganándose enemigos desde su presentación con sus declaraciones. "Hasta donde sé, ustedes pueden tirar a la basura vuestros trofeos conquistados, porque ustedes los ganaron haciendo trampas". En un equipo que acababa de proclamarse campeón de Liga, estas palabras no sentaron nada bien. Tampoco supo llevarse con los estandartes del equipo; "Dios no te ha dado seis tacos para que los claves en la pierna de un rival", le espetó a Jhonny Giles, uno de los capitanes, con cierta fama de duro.
Tal era la situación que el presidente del Leeds decidió prescindir de Clough a los 44 días de su llegada. El día de su cese, en rueda de prensa, dejó otra frase para el recuerdo, como no podía ser de otra manera. Al ser preguntado sobre sus sentimientos, Clough, ni corto ni perezoso, aseguró "es un día muy triste... para el Leeds United".
Estos 44 días de agonía con los whites dieron para un best seller, obra de David Peace y publicado en 2006, y hasta para una película, The Dammed United

 

Llega al Nottingham, se forja la leyenda
En enero de 1975 Clough ficha por el Nottingham Forest, equipo que deambulaba por la segunda división. En esa primera "media temporada" consiguió salvar los muebles y, de paso, dejar preparada la próxima, la que iba a suponer el comienzo del éxito. "Ya sé que Roma no se construyó en un día, pero es que yo no me encargué de ese trabajo", dijo.
De la mano del entrenador y de jugadores talentosos como Martin O'Neill, posteriormente entrenador, entre otros, del Aston Villa, Viv Anderson, el primer jugador de color de la selección inglesa, o John McGovern (todos ellos titulares en "las" Copas de Europa), los reds lograron el ascenso a la Premier League, entonces llamada First Divison.
Ese año llegaron al Forest jugadores de la talla de Archie Gemmill o David Needham, pero sobretodo fue el fichaje del veterano guardameta Peter Shilton el que demostró que el equipo recién llegado iba a por todas. Y así fue. En esa primera temporada, los chicos de Brian Clough se proclamaron campeones de liga, por delante del todopoderoso Liverpool, dejando aturdido a todo el país. Además, ese mismo año los reds se hicieron con la Copa de la Liga.
Pero el camino no estaba terminado. En la temporada 78-79 el Nottingham, que se había hecho con los servicios de Trevor Francis, quizá el mejor inglés del momento, comenzaba su andadura en la Copa de Europa como un completo desconocido. Pero pronto saltó a la palestra. La primera ronda deparó un enfrentamiento frente al Liverpool, vencedor en las dos ediciones anteriores, y los de Clough pasaron por encima. AEK de Atenas, Grasshopper y Colonia fueron los siguientes en caer. Ya estaban en la final, donde esperaba el Malmo, en el Olímpico de Munich.
El partido fue de todo menos bonito, y terminó con la victoria inglesa por un tanto a cero, obra de Francis. Clough explicaba así la final: "No fue un gran partido, ellos fueron un equipo aburrido. De hecho, Suecia es una nación aburrida. Pero hemos ganado".

Por partida doble
La temporada siguiente, el Nottingham Forest iba a repetir. Acudía a Europa como vigente campeón, puesto que la Liga se la había llevado el Liverpool, pese a que los Forests no habían perdido ningún encuentro durante toda la temporada. El Osters sueco fue la primera víctima, al que sucedieron Arges Pitesti, Dinamo de Berlín y Ajax. En la final se iban a enfrentar al Hamburgo, que con Keegan y Magath en sus filas se presentaba como favorito, a pesar de que el Nottingham era el campeón. El escenario, el Bernabéu.
Con un solitario tanto de Robertson, en el minuto 21, y con una maravillosa actuación de Shilton, los reds volvieron a proclamarse los reyes del viejo continente, convirtiéndose en el primer y único equipo que tiene más Copas de Europa que títulos ligueros. Ese mismo año, el equipo resultó también campeón de la Supercopa de Europa, al imponerse al Barcelona, y de la Copa de la Liga.

El fin del ciclo
Después de estos tres años de éxitos, las estrellas del Forest se eclipsaron, y el equipo pasó a un segundo plano. Sólo dos nuevas Copas de la Liga (89 y 90) y dos Full Members Cup (89 y 92), copa que existió mientras fueron apartados los equipos ingleses de las competiciones europeas, maquillaron algo la trayectoria.
Finalmente en la 92/93 el equipo termina colista de la Premier y Brian Clough dimite, dejando al equipo donde lo había tomado, pero con un amplio palmarés en sus espaldas. En ese momento el ídolo ya estaba muy afectado por su alcoholismo, problema que fue incapaz de superar y que terminó con su vida el 20 de septiembre de 2004, a los 69 años, al no soportar un trasplante de hígado. "¿Los hooligans en el fútbol? Bueno, están ahí, pero la verdad es que creo que hay bastantes más en la Cámara de los Comunes que en los campos ingleses", fue una de sus últimas perlas.
Así era Brian Clough, idolatrado y repudiado en el fútbol inglés. Capaz de llevar al Nottingham Forest de Segunda División a campeón de Europa en sólo tres años y, no contento con eso, repetir cetro europeo. Capaz de tildarse a sí mismo como Dios. "Yo no diría que fui el mejor entrenador, pero sí que estaba en el TOP 1". Palabra de genio.